¿Mi responsabilidad? Nuestra responsabilidad

Por el julio 20, 2012

En un ambiente distendido y agradable tuvimos la oportunidad de preguntar a Miguel Zancajo, Director de Recursos Humanos de ACCOR Spain. ¿Queréis conocer que paso?

El viernes de la semana pasada tuve la suerte de asistir a un más que interesante desayuno que tuvimos en nuestras instalaciones con Miguel Zancajo, Director de Recursos Humanos de ACCOR Spain. En un ambiente distendido y agradable tuvimos la oportunidad de preguntar sobre todos esos aspectos que siempre quedan  en el tintero cuando ejecutamos un proyecto o una formación,  esas cosas que siempre quisiste preguntar y nunca te atreviste.

Sobre todo lo que se habló podría hablar largo y tendido, ya que Miguel dedicó bastante más de una hora a contarnos numerosos aspectos sobre su experiencia y su visión de los Recursos Humanos. Como era de suponer la gran mayoría de las preguntas que surgieron versaron sobre la relación que existe entre nosotros como “partner” de formación, ACCOR y la función que tiene Miguel dentro de la organización.

Desayuno con clientes. Nuestra Responsabilidad

Aunque cualquiera de los temas que surgieron en el rato que compartimos daba para escribir una entrada completa, y muchos los que allí surgieron, fue un aspecto puntual el que más me llamó la atención: el relativo a la confianza y la responsabilidad. La responsabilidad que ellos –los responsables de las áreas de Recursos Humanos- adquieren cada vez que eligen un proveedor, y la confianza que inevitablemente tienen que poner este.

¿Y porqué me llamó la atención? Sobre todo porque me hizo recordar que la gran mayoría de las ocasiones los formadores nos olvidamos totalmente de que detrás de “mi curso” no está sólo mi responsabilidad para con los asistentes al mismo, o la que tengo para con mi empresa, sino la existencia de unas personas que previamente han confiado en nosotros y que de un modo u otro tiene una responsabilidad mayor, ya que de nuestro buen hacer depende la suya ante su organización. Una responsabilidad que en muchas ocasiones queda en el ángulo muerto de nuestro espejo retrovisor como proveedores de servicios. No es mi curso, es nuestro curso, no es mi responsabilidad, es nuestra responsabilidad.

Esto me hizo ser (una vez más) consciente del factor humano que subyace detrás de cada proyecto y que muchas veces sepultamos bajo propuestas, reuniones, procesos, informes, roles, alcances y zarandajas varias. Nada mejor que alejarse del fragor de la batalla, de la negociación, de la ejecución de un proyecto o de una formación, para entender que esa persona que está ahí no es un hierático Director de Recursos Humanos sentado en el Olimpo, sino alguien tan cercano y amable como Miguel nos mostró en el rato que pasó con nosotros. Alguien que con toda la naturalidad del mundo nos habla tanto de las capacidades técnicas como de que “lo que buscas en un proveedor, la base de lo que buscas, es la confianza” y esto entre otras cosas significa que debemos de tener la capacidad “y la honestidad de poder decir que hay cosas que no sabemos o podemos hacer”.

Si esta confianza le añades “el aspecto relacional, la capacidad de conectar tanto con Recursos Humanos como con todos los implicados en el proceso de formación”, resulta que tenemos algo que se aproxima a la formula mágica en la relación entre “partner” y cliente.

Posiblemente debido a esto cada vez más los profesionales de la formación y de la consultoría nos encontramos con la obligación de ir a que nos conozcan, eso que con un cierto sentido del humor denominó uno de mis compañeros –Jose Luis Pérez-Pla- como el “body show”, el pase previo a la firma del contrato, ese en el que nos ponemos nuestras mejores galas para que nos conozca el cliente.

Bromas a parte no debería de ser una obligación impuesta por el cliente, sino algo que de motu proprio surgiera del consultor/formador: acercarnos a ese responsable e intentar entenderle con todas nuestras fuerzas para saber cual es nuestra responsabilidad, cual es su responsabilidad.

Así que con las mismas, para la próxima antes de saltar al escenario, pongámonos nuestras mejores galas, sonriamos y demos un “body show” que no deje lugar a dudas de que se puede confiar en nosotros.

Y muchas gracias Miguel, por recordarnos lo obvio.

Javier Urbano, Consultor Senior en Tea Cegos

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