La Alta Dirección y los planes de Formación

Por el abril 11, 2011

Todavía no salgo de mi asombro. Estuve no hace mucho en una reunión con una empresa que se interesó por nuestro catálogo de cursos, que había sido un excelente cliente durante un tiempo, pero que había dejado de serlo tras unos cambios organizativos hace un par de años.

La nueva Directora de Recursos Humanos, una mujer joven, muy bien preparada e inteligente, me comentó las dificultades por la que estaba pasando actualmente el nuevo Comité de Dirección intentando llevar a la práctica un Plan Estratégico, que me mostró a grandes rasgos y que me pareció impecable. Enmarcado en este Plan Estratégico, se desarrollaba un Plan de Formación, igualmente impecable desde el papel, por supuesto.

Solamente había una cosa que no entendí bien. La mayor parte de la inversión en formación recaía en los Cuadros y Mandos Medios, una parte menor en ofimática e idiomas y solamente una acción formativa para el Comité de Dirección: una jornada de innovación con un joven y brillante restaurador madrileño. Aunque me parecía una obviedad, le comenté que si las dificultades detectadas en el desarrollo del Plan Estratégico parecían venir de la no adecuada comunicación / venta del mismo a los niveles inferiores de la empresa, bien podría  pensarse en alguno de los talleres que propone la metodología de Covey para la alta Dirección que no dejara en solamente en un marco de la salita de espera la misión, visión y valores de la empresa.

Y aquí vino la respuesta de la Directora de Recursos Humanos y miembro del Comité de Dirección que me dejó atónito: “Es que los Directivos ya estamos suficientemente formados y preparados”.

¡Cielo santo! ¡Un Comité de Dirección tan joven en edad y tan viejo en mentalidad!

Di con la empresa en la que los directivos, quizás ayudados por el Espíritu Santo en un nuevo Pentecostés, habían logrado el milagro de la ciencia infusa. Instalados ya en su “sabiduría incuestionable”, consideraban que la formación era para los demás: “¡Que se formen ellos, que son los que lo necesitan! Para nosotros es suficiente conocer alguna de las esencias de la nouvelle cuisine”.

Es algo habitual en la formación de cuadros y mandos medios, los comentarios tipo: “Pero estas cosas, ¿las sabe mi jefe?” o “A mi gustaría implementar esto en mi trabajo, pero no siempre se puede. Mi jefe no me dejaría”. Y esto en temas tan básicos como en el trabajo en equipo o en la gestión del tiempo.

Me recuerda la historia del saltador de altura. Un atleta se entrenaba todos los días y su progresión iba en aumento. Empezó con 1 m. 70’, luego 1 m. 80’, 1 m. 90’, 1 m. 95’…. ¡pero no podía saltar los 2 metros! Se preparó todo lo que pudo, mejoró su técnica en fossbury y en rodillo ventral, pero,…. ¡imposible! Por fin, un día, cansado de que sus esfuerzos no sirvieran para nada, midió la altura del techo del gimnasio en el que se entrenaba. Y medía 2m. 15 cms.

¡Claro!, ¡había tocado techo!

No se nos olvide que una de las misiones fundamentales de los directivos de cualquier organización o empresa,  es “subir el techo” de sus colaboradores directos, abrirles camino para su desarrollo, que los niveles tácticos y operativos sigan el camino trazado por la estrategia, pero nunca como aquel inoperante rey español que señaló “Caminemos, y yo el primero, por la senda de la Constitución”…. que al poco tiempo derogó.

La alta dirección de algunas empresas, se sienten, a veces, solamente responsables de su actuación ante la historia, después ante la junta de accionistas y, por fin, ante su equipo. Por este orden. Desde esa situación de pretendida “misión divina” y “supremo conocimiento”, la distancia con los mortales cada vez se hace mayor, también a nivel físico pero, sobre todo, mental.

El mensaje es para los responsables de la realización de los Planes de Formación: Las escaleras, para barrerlas, tienen que empezarse desde arriba, desde el último peldaño. Y desde ahí, peldaño a peldaño, ir bajando hasta el primero, que es donde se suele acumular la suciedad.

Un Plan de Formación es para todos los peldaños de la organización. Dejar sin limpiar los escalones de arriba….. supone dejar sucia toda la escalera.

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